Los elementos siempre cuentan de la mirada que los acaricia, reflejo insistente del espejo mundo. Todo donde yace palabra, rocío, pie es fruto de lo que late y su silencio.
Sentir de hecho es en sí rebelde, sentir en ser es hacer posible los imposibles expuestos justo en los límites. Es presente. Perduran así las ganas de dibujar olas en las fronteras de lo innombrable. Mareas extensas de lo que pudo, podría y puede ser cuando el viento torna favorable.
Mientras todo se compone, soñar alinea pinceladas en el mapa de los diamantes. Puros sentires en flor de vida, las almas se juntan en espíritu que perdura.
En sigiloso paralelo, violetas esparcidas sobre el asfalto recurren a la poética expuesta de corazones pintados sobre el suelo olvidadizo de una ciudad del recuerdo. La mirada del pavimento al cielo y luego vuelta al sendero. Es todo recto sí por allí sin desvío, sin embargo bajo los adoquines suspira la playa y arriba ahora reina la ciencia.
Las primaveras son eternas si sabemos cómo dónde y cuándo, me cuenta el viento su permeable secreto.
Me consta, desplazar la oteada línea sigue tensando cuerdas hacia la diana. Si miras con fijación, el lugar de la dicha se apaga. Sólo en intuición las miradas difuminadas sonríen presencia. El centro centro es en el ojo que proyecta, mas por el camino demuestra si el ojo estaba en la posición correcta.
Ir y volver completando la imagen, fuera dentro fuera dentro es comprender que mirar hondo es el camino más ancho para apuntar al principio. Y como todo principio es fin sin fin ni pio el pájaro baila su pensar en canto.
#mujerdepalabra
Arte: Harriet Moutsopoulos
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