las manos se abrieron en celebrar cerúlea la mañana
el agua en el pulso que late -cual constante- se expande
poco importa que el paisaje sea de hierba o arena
cuando se es de la mar, amar es por destino único faro
porfía el viento la volubilidad de su manto
penetral visible de su propósito
mastica el sonido que se traga de no soltarlo
las redes se contraen, el cielo se expande níveo
papiro expuesto de todos los dioses en deseo de reescribirlo
la mente constante separa, miente el sentir
que divide en buscadas respuestas lo que es
bien comprende la opima primavera
que por partes, las flores dejan de ser flores,
esquema arremolinado tal vez celeste
sin la visión del todo, ¿se suspendería la mejor parte?
sol en pecho es del punto la línea que de su sagrada geometría
confirma la arborescente avenida al afecto abierta
lo que se juega es la entera valentía unida enteramente precede lo que está
si pudiera corazón con corazón ser extensión que late
ni arriba ni abajo vendría a romper lo que acontece
sería fluida vida transformación y muerte pasaje
sin miedo ni esperanza, pétalos de plumas y lo demás
sabia ensoñación en raíces de amar florece.
Del poemario, «De flor ando»
#mujerdepalabra
Arte: Norihiko Terayama
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