
Detrás de lo batido nacen los sueños escondidos,
Yacen los hombros de los cuentos en antaño recuerdo.
Todas las películas en transversal de la memoria,
duermen las caricias en agua de gas en el instante que perdura.
La luz apagada grita. Todo lo derrama
y sostiene insípido, sin salitre, sin susurro, sin sudor, desempolvado.
Las risas de los oleajes se oyen crudos.
Pasan felices las espumas blancas, surcando sostenidas secretas lágrimas.
Amar en alma de valor
Como quien vuela sin armas.
Suspira la niña de las cerillas, que vuelve al pozo
Frío, aunque ahora abrazo donde se encuentra con su cajita y pañoleta.
Convertir pozo en poza navegando historias
en sales de mirada.
Cegada. Solo suman dos húmedas cerillas en la pequeña caja
que recuerda: atenta.
Levanta su cara, la pañoleta cae, su cabello de flores se expande. En la apertura del aire, le ofrecen sostén tenue.
Estoy atrapada en la oscuridad mas sé que real no es.
Por lo menos sabes, responde la voz a contraluz que teme fragilizarse.
Vete simpatía, responde la niña, de nuevo en soledad solemne.
La niña ya no llora, respira la negrura, recuerda el fuego olvidado,
Quemando su penúltima cerilla que exhala en sombra.
En la apertura de la lobreguez, arriba, alguien acompaña la noche.
Estoy atrapada en la oscuridad mas sé que real no es.
Yo soy tú, responde de su terciopelo la voz suspendida.
Baja la empatía en cuerpo de musgo
Se acerca sigilosa
Y de su vulnerabilidad conecta con un espacio suyo
Que hace eco con las tinieblas al unísono.
La niña de su cajita -amontonados junto a la última cerilla-
saca uno a uno los negros:
Azabache que se transforma en baile
Ébano, en globo vuela ahora libre
Grafito escribe hasta desvanecerse
Antracita, juega
Mate se sorbe a sí mismo en bombilla celeste
Negro humo, o hache
El carbón torna azulado y perece.
Se susurran sin necesidad de decirse ante el espectáculo.
El sol en su pecho ilumina la visible escalera que aparece.
La luna se despide,
el velo cae, la vida vuelve. Entierra la niña la cerilla restante
Bajo un nogal que resplandece.
Amar en alma de valor
Como quien vuela sin armas,
Amanece.
Arte: Aleksey Bedny
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