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El tiempo es espacio que se detiene en el olor de los recuerdos y recorre veloz los colores de los encuentros. El vacío tan lleno de entretiempos se llena de espasmos en los instantes compartidos.

Y así se compone día a día la piedra de la paciencia de nuestro magnetismo. Mapa de las ocultas estrellas pulsantes liberadas en contacto.

Caminé para encontrar y besar tu luz llena de las letras calladas de las temblorosas hojas, las que vuelan su balanceo sobre la tierra que las acoge barco, que las duerme manto, que las sabe nutrir.

Me cansé y levanté tantas veces en el corazón ilusión de entrega para llegar al fin juntos siendo en el parpadeo de la mar de mi vientre vida. Aún solo intuía la búsqueda. Carrera hacia delante, ensayo y error hasta encontrarte.

Confieso que también dejé de creer en ti, dicha, desde la otra cara de tu espejo me vestí de desasosiego. Solté el sueño, navegué a ciegas el cielo de los anhelos. Hallarte ahora en piel es mimar el presente que eres para la valentía.

Ningún neón puede apagar el fuego del firmamento, ni los cometas desterrar su brillo, ni en la caída saben. Y así de noticia en ala, danzo las caricias del ser, que gana, que a veces se extravía, que en islas teme perder la vida y tu mano siempre en la mía se mantiene calor, se hace fuerza y escalo una a una las lóbregas escalas en sus sólidas tonalidades.

El reloj desenfrenado acorta la urgencia en la piel que dibuja sus pasos. No mienten las vueltas, ni del sol, ni de la luna. El corazón palpita y su pulpa circunvuela en silenciosa algazara nuestro abrazo. 

Se saborea sosegada la melodía de la armonía más profunda. Se susurra en fuego la voz penetrante del sentimiento voraz de unión. Su poder es mayor que la palabra y se ríe su propia rima interna que no alcanza transmitir toda la intensidad oceánica del latir, constante tempo, ritmo presencia.

Amor es sentirte en mí, también en cada intersticio de nenúfar en pecho, en cada lunático deambular en círculo, en el sonido de los olores también, es ver el mundo con la lentitud de los ojos abiertos a la belleza, toda. Es ser el inescrutable reflejo de la sonrisa de tu mirada.

Arte: Jacquie Basset

#mujerdepelabra