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Amor, 

¡Qué belleza poder verte de nuevo después de tanto tiempo!

Siempre es mucho tiempo cuando el tiempo no acontece cerca de tus ojos profundos de afecto. Tu temblor es faro del ser conectado. Tú lo sabes, yo lo veo. Nuestras células todas en espejo bailan nuestra mirada que se baña en candor. 

Tu piel, ahora cambiada, vuelve a brillar cuando se acerca a la mía. Manos que se buscan y agarran en caricia. Soñé tener tiempo para volver a sentir juntos toda la fuerza que merece la vida. 

Casi se pierde la oportunidad en la mar, mas fue clemente el mapa de las estrellas y aquí estás, aquí, sí, compartiendo una vez más tu todo enteramente generoso. Nos queda tanto aún por hilar, por recorrer y admirar. 

Hoy y aquí, has estado tan cerca y he podido sostener las memorias que siempre tejieron nuestras vidas. 

Estuvimos separados en oscuras temporadas, cierto es. ¿Cuánto tiempo se puede perder sin ni siquiera advertirlo? 

Es tan sutil navegar la belleza del ser estando. Creemos el tiempo eterno y corremos veloces hacia un hacia donde descuidando tantas veces la presencia y el cotidiano. 

Sé cuánto te gustaría estirar los instantes en oportunidades, en telares, en campos de algas testigos del nado, de la expansión precisa del latir del corazón en entrega. 

Seguramente queden pocos tic tac hasta tocar el cielo. Al final del camino, todo lo aprendido son herramientas para observar el abismo, mas ¿qué queda? Solo la dulce certeza del amor compartido. 

Ni los amores contrariados, ni los viajes, ni lo leído, ni siquiera las grandes obras o los grandes logros apaciguaran la vida que se va. Solo la valentía en los afectos perdura en el resplandor de la única verdad que a todos espera. 

Ojalá pudiera transmitirte en cuerpo y alma el presente que me ofreces al susurrarme lo que percibes en la inmensa suerte de estar aquí aún aquí, otra vez cerca, aquí aún, sí. Solo el corazón sabe, el cuerpo y la mente sirven para recordar el mapa que zarpa siempre más cerca del pecho que late perenne. 

Te llevo conmigo en cada almendrada ola, en cada brizna, en cada irisada dulzura que se expande de la sombra a la vida. Si camino es, será siempre contigo en mis células latiendo el asombro de estar viva y de poder aún oler, respirar, sentir. Yo aún puedo, aún puedo y pienso hacerlo en todo. Es tan sencillo y se com-prende tan poco. 

Sin duda, aún queda tanto por soñar despierta del anhelo a la materia y de la materia al anhelo en bucle expandido. Confiar y soltar, bailar y amar. Aquí en todo nada el presente, sin fin, invoco no volver a olvidarme. 

#mujerdepalabra
Arte: Esther Cox